miércoles, 26 de septiembre de 2012

EDUCAR



EDUCAR

Educar es lo mismo

que poner motor a una barca...
hay que medir, pesar, equilibrar...
...y poner todo en marcha.
Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino...
un poco de pirata...
un poco de poeta...
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia los puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada.

                                          Gabriel Celaya

                                              
Precioso poema de Gabriel Celaya, que nos anima, al comienzo de un nuevo curso escolar, a preparar las barcas para zarpar por los mares del conocimiento, a aventurarnos soñando que nuestras enseñanzas serán acogidas por esos nuevos navíos, que navegarán superando las adversidades de mareas y oleajes, para evitar naufragios y llegar, al final del proceso del aprendizaje, a buen puerto.  Porque educar es un arte, es crear, es llevar en nuestra alma y nuestro ser, algo de marino, de poeta y de pirata, es poner algo de nosotros mismos en una obra, tal y como dijo Sócrates: “es despertar el potencial interior del ser humano para que pueda desarrollarlo y ejercitarlo”.  Educar es preparar a una persona para que pueda vivir su historia personal del mejor modo posible. Seducirla y despertar su interés y gusto con valores que la hagan libre para vivir y forjar El sueño de todo educador es poder ser la luz del faro que guía, orienta e ilumina el camino, a través de las enseñanzas, las experiencias, el conocimiento y las  relaciones interpersonales.Ser educador es convertirse, en esas estrellas que, son para esos barcos, para esos niños, signo y guía que mantienen el rumbo sin perder el norte





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